Como una antorcha
que flamea en el cielo de tu cuerpo,
expandiéndose más y más con la humedad de tus besos.
Como una botella en un mar
de olas cada vez más cálidas
alzándonos siempre a flote.
Como una planta con flores:
Marchitándonos, renovándonos...
Renaciendo.
Como el hielo, como un hueso,
como las raíces de un árbol viejo.
Como el aire, como el sol, como el viento.
Como una tropa de huevos bien puestos
y la fuerza que hace la unión de querer tocar con las manos el mismo deseo.
Irrompible.
viernes, 2 de enero de 2009
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