La noche se consume como seda berreta quemando toda la miel que la inundaba.
Yo, picante.
.(de picada, de vinagre).
Mis oídos sólo escuchan su humo naciente y mi nariz aspira el fuego que arrasa con toda luz y toda sombra de mi adentro.
Me vuelco en un vaso oscuro de pensamientos que sólo albergan el infierno cotidiano que sin querer, he querido.
Y vuelvo para atrás, con la certeza de estar desaprovechando lo aprendido.
Porque cada día me enseña algo nuevo la vida, y yo no aprendo más.
lunes, 7 de diciembre de 2009
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