viernes, 14 de septiembre de 2012


El hambre y las ganas de comer
no son la misma cosa, señora.
Si tuviera el estómago vacío
¿desgastaría en protestas la cacerola?

Usted quiere amasar su riqueza
y guardarla en el frío de una caja fuerte
(donde se congelará de miedo
hasta escarchar su mente).

Después se vuelve a su casa
creyéndose encarcelada
y enciende la tele
para sentirse acompañada.

Se siente insegura,
se encierra en su pieza
y no sale a la calle
para no ver la pobreza.

Se llena de polvo
al igual que sus monedas.
Empieza a ver opaco
todo lo que pasa afuera.

Su ventana es otra:
La vida que le muestran
los que dicen cuidarle
el guiso de lentejas.

1 comentario:

Tao Lao dijo...

Solo la gente con el corazón entusiasta y con el verdadero amor por convivir en paz siente así...Los demás son del monton. Sos única amiga, un angel persona, que me da orgullo y me da confianza plena haberte elegido como la madrina de lo más grande que me paso en la vida...Me siento plenamente orgullosa de ser tu amiga, y de que te acompañe el hombre que te acompaña, porque es igual a vos. Los adoro, y se que vamos a compartir muchos momentos peronistas más...A seguir resistiendose a toda la bola de odio que quieren propagar.