Deshilvanó filosa
aguja
la suave
brisa de su cuello
y me
embarcó flotando 
hacia un
lugar sin tiempo. 
Caleidoscópica
burbuja
dibuja
brillos en el cuerpo
y envuelve desde
lo etéreo 
latidos
imperecederos.
Almas que
no buscan suelos.
Almas que
no quieren techos.
El ser en
su mágica esencia,
sin más que
siendo.
Quizás el
amor, como la felicidad,
sea también
momentos, 
instantes,
pasos,
vuelos,
o un salto 
(de
eternidad)
en el
tiempo.
