sábado, 23 de junio de 2018


Me deslizo por tus cuatro graves de metal
como si fuera un tobogán
que entre cuerda y madera
nos funde en la misma cosa.

Mis dedos te rozan
y mi latir se vuelve sonido
vibrando en la misma nota.

Difícilmente
mi cable
se pueda desconectar
de sensación tan hermosa.

Definitivamente
la clave de fa
es el lenguaje que habito
en cada prosa.

martes, 12 de junio de 2018

Qué hermosa revolución, el verde ya no es cualquier color. Es el matiz de la fortaleza, es el tono de la unión. No me quedan dudas de la certeza de que sólo se logra esta fuerza tras muchos años de dolor. Los cuerpos apropiados, prohibidos, sumergidos en el ahogo de una decisión hoy respiran profundo y sudan liberación. Ojalá que mañana, quienes se creen dueños de la moral que a ellos mismos engaña, puedan despertar, observar el verde brillo y comprender qué es un delito en la realidad del mundo de hoy. Habrá ciegos que no puedan ver, habrá ojos abiertos que no quieran ver, pero ya no habrá manera de detener el irrefrenable grito de los cuerpos que recuperaron la voz después de largos años de silencio.

domingo, 10 de junio de 2018


Es tan delgada la línea del presente que naturalmente se invisibiliza por la curiosidad de mirar a cada lado del abismo de la mente. Lo que fue, lo que será, todo aquello que jamás sucedió ni sucederá fuera de esa cuerda vital que nos sostiene. Nuestro único suelo. Este único posible espacio y tiempo existencial sin tiempo. El hoy. El aquí. El ahora. Este instante. Siendo. Siempre. Eterno. Por más efímero que parezca.
Para no desperdiciar presencia, será bueno detener el péndulo que oscila entre los abismos, con el miedo constante de tropezar y caer hacia alguno de los lados, cuando quizás eso nunca suceda. O peor, ignorando la imposibilidad biológica de caer en alguno de ellos.