sábado, 15 de septiembre de 2007

.Amores que matan.

Saben que las prohibiciones no enseñan y que los gritos no conmueven pero, igual, me pasan factura diariamente. Culpando mis gustos, escupiéndome con la mirada, publicitándome como anormal y asesina (de ellos mismos, de mi propia vida).
.(¿qué es "ser normal"? saber, me gustaría).
¡Pero es que los azotan sus neuronas! Su propia cárcel nos tortura.
Me imponen su camino. Me bañan con escombros, aniquilan mis tesoros y a su pasar lo visten con un moño. Amenazan, desdibujan, se arrepienten y me miman.
Me dicen que en el banquete no hablo, pero sofovich o susana se ojean y son los comentarios.
Tengo paspada la conciencia de tanta lluvia y tan poco talco. Creo leer el quejido de sus tacos, pero no comprenden el sentido que une a esos libros con mi tacto.
A veces quisiera huir, pero no tengo coraje.
(es que los amo demasiado como para emprender ese viaje).

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