Con los cachetes sonrojados, de costado, hecha un bollito y con una de las mejillas a los besos esquimales con mullidos y suaves pedazos de algodón (pero así… muchos. MUCHISIMOS.).
Me mece el cielo… El infinito cielo. Para arriba, para abajo… para cada lado, veo cielo.
Cuánto aire hay acá.
.(suspiro).
.(sonrío).
.(muevo despacito la cabeza hacia los costados).
.(y separo un poquito los labios para volverlos a juntar… Para que se vuelvan a rozar).
Con un pedacito de piel .(por lo menos). necesitando estar adherido, en todo momento, a .(por lo menos). uno de los poros de tu cuerpo.
El sueño más corto, pero el más profundo.
Flotaba al entreabrir los ojos y sentir el perfume de tu alma al lado mío, mirándome, mirándose o tocándome la espalda.
Y, suspendida en el aire, me hundo en las nubes. Sí. Ahora juego con ellas porque ya las crucé… Acá no me tapan el Sol y no hay objetos ni cuerpos que puedan generar sombra.
Sólo existe el tuyo y me ilumina…
Me ilumina y me hace irradiar luz.
sábado, 1 de septiembre de 2007
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