lunes, 1 de octubre de 2007

.Alma regada por la lluvia.

El frío se fue escapando de a poco con toda mi inspiración. Me miró por última vez desde el suelo, derrotado por mi alma, y me robó todo lo que con él habíamos creado. Se apropió de mi pasado más oscuro, me quitó del cuerpo hasta las cubeteras y se evaporizó en el viento.
Era preciso el intento.
Está encantado este momento.
La paz ya no está sólo de paso, porque el dolor cambió de estado.
Ese alma gastada que derribaba hasta las cenizas de todas las cremaciones acumuladas hoy se tendió desnuda en la energía del cielo y miró desde arriba a la tormenta.
Y la pesadilla se despertó y se convirtió en sueño.
Ahora, los charquitos que quedaron son espejos del sol. Las sombras refrescan el ardor. El viento me empuja hacia adelante y las nubes me alzan. El sol me alcanza. La vida me abraza y yo me abrazo a ella.
.(y no quiero soltarme).
Es tu vida entre mis brazos, la vida que me abraza.
Y no quiero soltarte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Así como caen las gotas y van humedeciendo cada agrietado rincón de la tierra, justo así, vos me regás el espíritu.
Garúa suave o aluvión desenfrenado, tu regalo de vida es esencial para que brote algo verde de mi terreno.
Gracias por compartir conmigo esta existencia (=