Un poquito de verde, marrón y amarillo elegí como cielo.
Como nave: un banco de plaza blanco, gastado.
Como vuelo, infinitas castañuelas verdes con cuerdas graciosas que las sotienen desde arriba.
Una melodía de emplumados me anuncian la presencia de El Rey Farol.
Erguido, justo en el centro de la reunión, se muestra y se admira pero es simpático y tierno de corazón.
-"Hay una palmera tuerta, observen todos" dijo desde sus luces, El Rey Farol.
Los presentes, estáticamente asombrados, la miran fijo como subestimándola.
Sólo un pajarito quiere acercarse...
Va despacito, la mira, disimula, adelanta, se hace el distraído. Con movimientos tímidos da unos pasitos hacia ella y con sus patitas velozmente cortitas la pasa de largo, sin siquiera mirarla.
Y al ratito... el pájaro se voló.
miércoles, 27 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario