sábado, 23 de julio de 2011

.Dos momentos, una sensación.

Una silla, una persona, un laberinto de sensaciones.

La misma silla, otra persona, el mismo laberinto de sensaciones.

Y yo, enfrente, como un espejo. Ubicada en el mismo lugar y en el mismo laberinto. Esas dos amigas son ese charco de agua en el que me veo reflejada a sol y a sombra. Con el mismo brillo y el mismo ruido. Con la misma deformación que el viento nos genera. Y el sedimento, todo el sedimento en la cabeza.

(Esa cabeza que va nublando al corazón).

1 comentario:

Nayla dijo...

Me encantó! La simpleza. Quisiera poder publicar todo esto y compartirlo con más gente. Sos tan pura...