jueves, 31 de mayo de 2018


Esta vez me tocó a mí
perder un casillero.
Tenía pocas fichas,
no empezaba aún el juego.

Siempre pude recibir
al azar y sus anzuelos
y por no morder ninguno
hoy me pierdo en el tablero.

Llegó el momento de apostar.
El principiante ya es experto,
y en un paño desgastado
la racha no pierde el tiempo.

Has ganado tanto, niñita,
en pasión sin sentimiento…
Si el amor reparte cartas,
aprenderás un nuevo juego.

Se va quebrando la coraza,
caen escudos de otro tiempo.
Ojalá que no me empañen
los cristales del deshielo.

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