sábado, 3 de noviembre de 2007

.Tu almohada.

Me hundo en una almohada que tiene tallada tu respiración. Aspiro tu pasado aire y lo mezclo con el mío fresco, reviviendo tu seco sudor.
Me acuesto y me envuelvo en el escenario en el que amanecieron tus sueños, barro restos de pesadillas con el pelo y fantaseo con estar sacudiéndote los ojos desde adentro.
Me bautizo con deseos y al recostarme sobre ella, amanece todo mi cuerpo.
Un poco erosionada de noches en vela se encuentra esta tela, pero qué suave y luminosa me sopla al oído el aroma de algún vino, de alguna resaca que, sin querer, permanece en el olvido.
Revivo un poco de tu historia cuando me ciego en el calor de tus abrazos entre visiones de ojos cerrados, de tu llanto haciendo dedo, de tu boca seca de día, de tus pensamientos reposando de algún que otro suicidio de rutina.
Y acariciarla, y tocarte.
Y abrazarla, y apretujarte.
Y zambullirme en la blanca wonder de fibra hasta hallarte dormido, y quedarme dormida sobre tu sueño.

1 comentario:

Lucien. dijo...

Tu almohada.

Canción de cuna para mi incesante psiquis, donde reposo ese sueño tan frágil como la piel de una burbuja.
Reflejo de tu dulzura en su funda, de tu ternura en su interior, de tu magia en mi imaginación, evocándote sin cesar cada vez que la acaricio, que la estrujo, que hundo mi cara en ella, con esos ruidos personales que ya te pertenecen.
El complemento ideal de mi almohada (metáfora de todo) (metáfora de vos).
El mejor lugar para dejar ser las ilusiones de este ser que te extraña más que nunca cuando el sueño lo histeriquea.
Lo más parecido a una nube de todo lo que he tocado...


Te amo, si es que se puede con palabras describir algo de todo esto...