Como un barco sin brújula me encontré en el momento exacto en el que podría haber sido el viento a favor para esa marea también sin norte pero sin descanso. Me volví una pasa de uva sin poder convertirse en doce ni en año nuevo, y estando en su mismo lugar tuve que tratar de ponerme en el suyo y no pude sacarla de esa baldosa a la sombra, ni empujar una puta nube.
Me gustaría poder acelerar el viento para mostrarle lo que esconde el cielo cubierto.
Me gustaría saber cuál es el secreto.
Y contárselo.
domingo, 15 de agosto de 2010
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