Cuando tu barco se hundió, se llevó consigo mi inocencia, junto con tu vida, tus sueños, tu adolescencia.
Y hoy me preguntan por qué no lloro en los velatorios, o por qué no extraño las ausencias.
Las bombas caían, y en el pozo abrazaba unas piernas que no sabía de quien eran, pero me protegían.
Y hoy me preguntan por qué te digo hermano.
Al dolor de cabeza lo seguían los calambres en el estómago y el no saber cuándo algo de comer conseguiría. Y hoy me preguntan, por qué siempre bendigo la comida.
25 de Mayo en Las Islas, algo de sol que no entibia, se iza la bandera. Nosotros en harapos, GRITAMOS nuestro himno.
¡SOMOS PATRIA! ¡ESTAMOS EN GUERRA!
Y hoy me preguntan por qué me emociono cuando en la escuela de mis hijos izan la bandera.
El estruendo implacable de las bombas, golpea salvaje la tierra. De cara al piso, pienso: "la que no escucho, es la que me pega". 
Y me preguntan por qué no voy a recitales, y los gritos me alteran.
El temblor del cuerpo era incontrolable: "mientras sienta dolor, no voy a perder las piernas". 
Y hoy me preguntan, por qué tanto abrigo si el frío apenas comienza.
El barco, orgulloso, el estrecho atraviesa; en la radio, la marcha, hace que me atreva a sentirme importante: pues el timón soy quien lleva.
Y hoy me preguntan por qué me enojo cuando me nombran: "Pobrecito, chico de la guerra".
En silencio me trajeron, para que mi vida siguiera: ¿Cómo empezarla de nuevo? ¿Cómo si recién naciera? Y me preguntan aún qué espero, por haber ido a la guerra.
Ciudadano, yo te pido, cuando un combatiente veas, no preguntes, no lo juzgues. Sus silencios respeta. Ni gracias, ni pobrecito. Sólo un hombre, que a su manera, por vos y por tus hijos, sigue peleando la guerra. Y si el trajín, un minuto te deja, mira al cielo y recuerda, que 649 como él, en su tierra, aún esperan.
                                                      Combatiene por y para Malvinas.
miércoles, 4 de abril de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Precioso y emocionante...Me quede con los ojos vidriosos.
Conocí a Daniel en la Feria del Libro. Mirarle los ojos es ver lo mismo que él cuenta en su libro.
Gracias Daniel.
Daniel Carelli
Publicar un comentario