martes, 25 de octubre de 2016

.Ingestión.

Se indigna de vos el vegano
por el animal que comés en vano
mientras el omnívoro que sos
te lo da tu condición de humano.
Masticando hierba muerta
machaca culpa en tus colmillos.
Se cree herbívoro animal
que deglute con permiso.
De todos modos te indigna ese negocio
que con ruin proceder
por querer saber bien rico
fabrica cadáveres deliciosos.
Pero con o sin pelos en la boca
el corazón se vuelve roca,
notás que la lengua nos deja mudos
y que el cuerpo no pide fernet, sino coca.
Animales somos todos,
los que no comemos se comen a otros
y no siempre es una elección
lo que el hambre pone en el horno.
Hay rumiantes incesantes,
hay parásitos incisivos,
hay depredadores infalibles
y hay carroña en todos lados.
Por lo pronto elegiré
una dieta a base de arsénico
antes que ser un animal
que busca calidad en el papel higiénico.

viernes, 14 de octubre de 2016

.Humedad que airea.



Me arrojo de lleno en tus brazos y el sonido de tu ser me envuelve toda. Me enceguece tu materia, me acaricia tu humedad. Casi que puedo olerte. En cada vaivén de mi cuerpo estás ahí, sosteniéndome. Hago piruetas entre cada una de tus gotas y no sos capaz de ahogarme. Te entiendo cada día un poco más y me encuentro con tu alma, con la raíz de tu propia esencia. Acomodás todo lo que puedo tener desordenado, me escurrís destilando todo lo que me asfixia y me devolvés al aire de la manera más fresca y pura. Me dejás con los ojos vidriosos, el pelo brillante y el cuerpo dispuesto a que el viento y el sol terminen de moldearme. Dentro tuyo me vuelvo un poco vos, casi que no necesito respirarte y si lo hago, no tengo que escupir sino esculpirte. Ya siento que tengo aletas en los pies, mis brazos son alas de escamas y mi elasticidad la perfectamente adecuada para poder recorrer sinuosamente el camino que me encuentra con vos, aunque me pierda. Seguiré introduciéndome en todo lo que me inunde porque en el momento que te floto nada puede derribarme.