viernes, 30 de diciembre de 2011

.Inolvidable comienzo de viaje.

Cuando el día parecía escaparse, impulsado por los pensamientos que con él pretendían refugiarse para no caer otra vez frente a la puerta de mi mente llegó esa manito que, sin soltarme, me llevaba consigo invitándome, dándome la bienvenida a su nuevo mundo (nuevo de todo) para descubrirlo, redescubrirlo, darlo vuelta, saltarle encima, revolearlo, hacerlo picar contra el suelo y subirnos en él en el rebote para llegar en un instante a recorrer el aire, atravesar las nubes, pintarlas con algún arcoiris y zambullirnos en ellas y sentir el delicado y firme sostén de su abrazo. Flotar horas y horas entre el cielo y la balanceante caricia de sus esponjosos cuerpos.
El día quería escaparse pero yo me fuí de él. Porque un sol llegó para quedarse y me llevó para quedarme. Y yo me voy con él, desde el índice de mi dedo (ese que agarró para guiarme) hasta donde él me lleve, hasta donde podamos levantar vuelo. Yo ya me voy armando el equipaje: sólo llevaré una tela que le desplegaré en alguna caída que la gravedad del aire quiera enseñarle, para amortiguar el impacto y que el golpe sea golpe de suerte.

1 comentario:

Tao Lao dijo...

que lindo y hermoso encuentro entre dos almas de diferente edad, pero de pureza igualitaria.